jueves, 29 de diciembre de 2011

¿Qué soy? ¿Qué somos? ¿Qué me hace distinta a los demás? ¿Qué me destaca? ¿Qué me define? ¿Qué me perjudica? ¿Qué? Tantas preguntas y ninguna parecía tener respuesta. Tantas veces pensarlas, reflexionarlas y tratar de encontrarles una respuesta con sentido, que sea la verdad. Y nada. Mi mente se quedaba en blanco. Entonces buscaba definirme a mí misma, a través de los demás, deseaba escuchar lo que los demás veían en mí para saber que era yo, cómo era yo. Buscaba miles de formas distintas para definirme a mí misma, mi caligrafía, mi horóscopo, mis amigos, la sociedad, mis gustos, mis canciones, cualquier cosa que me de una pista, una definición, una palabra. Tanto para darme cuenta que era en vano. Que era una estupidez. Que nadie me define, nada me define. Yo misma me defino. Yo me destaco. Yo me diferencio. Yo me perjudico. Mis virtudes y defectos no son análogos a mí, son parte mía. Y nadie más que yo puede decir como soy, como seré y como fui. Yo me conozco mejor que nadie, yo me defino, yo puedo cambiar, yo decido. No tengo que ir a buscar las respuestas afuera, las tengo yo. Solo tengo que animarme a buscarlas, a enfrentarlas. Nadie nos define, nada nos define por sí solo. Tu definición de vos mismo la haces vos. ¿Cómo te vas a definir?