martes, 27 de julio de 2010

Ser dueño. Ser dueño significa ser propietario, tener control de algo, tener dominio. Podemos ser dueños de nuestra vida, nuestras decisiones, nuestras acciones, de nosotros mismos. Ser dueños para imponernos, para ser felices. Tenemos que ser nuestros propios dueños. ¿Quién mejor que nosotros para ser dueños de nuestra vida y su camino? ¿Quién mejor que nosotros para decidir? Yo hoy digo que nadie más que yo va a ser dueño de mis decisiones, mi vida, mi futuro y mi presente. Voy a tomar el puesto de piloto de mi vida. Yo voy a ser quien decida que hacer, con quién, cuando. Nadie más. Voy a decidir el rumbo que quiero tomar, quienes me van a acompañar y adonde pretendo llegar. Y sé que me voy a equivocar. Me voy a equivocar muchas veces pero por mis decisiones y no por haber seguido a otro. Voy a estar herida, voy a cambiar de rumbo, de decisiones, de pensamientos pero siempre a consciencia, porque yo quiero, pensando que es lo mejor. Nadie más que yo. ¿A quién más le cederías ese puesto? ¿A quién dejarías gobernar tu vida? Solo nosotros mismos, nuestros propios pilotos de nuestra vida.

jueves, 15 de julio de 2010

¿Qué hicistes? ¿Qué exactamente? ¿Fue todo calculado, planeado o ni siquiera te diste cuenta? ¿Acaso soy parte de tu plan maestro o aparecí sin que lo previeras? Sé que no sos nada de otro mundo, que sos un regular y común chico. Que no sos ningún príncipe. Que tal vez si esto fuera una película serías el villano, astuto y eficaz. El cual termina ganando, por el cual la chica cae y termina con el corazón roto. O tal vez no, tal vez serías el chico que no es para la protagonista, pero que ella está empeñada en tenerlo porque cree que es algo del destino. O muy tal vez sos el otro protagonista de esta historia. El cual se queda con la chica. Y tienen ese final feliz. El típico cliché. Pero aún así, aún sabiendo esto. Por algún motivo que desconozco totalmente terminastes en donde no preví que terminarías. Llegastes más lejos de lo que creí. Me hicistes pensar que eras uno más. No puse barreras, te subestimé. Ahora me vengo a dar cuenta de mi error, de lo que se me escapó. Fuiste tan sútil, tan delicado, tan astutamente te colaste en mi mente. Ni me di cuenta. Entonces me pregunto si alguna vez lo planeaste, si quisiste que cayera, si fue todo planeado. Si lo fue, te felicito y me asombro. No hicistes una entrada triunfal, simplemente dejaste un señuelo y yo caí.  Ganastes totalmente. Si ni siquiera te diste cuenta vos tampoco, si fue algo que nunca llegastes a imaginar, supongo que tenés algo. Tenés ese algo que me deja prendida. Que surte un efecto impensado en mí. Que no me deja salir por más que quiera e intente. Es como si me hubieras hipnotizado. Ni siquiera pretendo intentar salir, alejarme. ¿Te das cuenta? ¿Ves lo bien que lo hicistes? Pensado o no, conseguistes estar en mi mente, ser él dueño. ¿Y qué fue lo que hicistes? Nada fuera de lo común, nada extraordinario. Pero en tu normalidad, en tu parecer de un chico más. En vos, en lo más común, en lo más simple me atrapastes. Sos como el creador de un plan maestro. En el que quedé en el medio sin escapatoria. Un plan perfecto para vos, en el que yo caí.

domingo, 11 de julio de 2010

Siempre me ha fascinado ver los aviones volar en el cielo. Desde que tengo memoria que recuerdo quedarme con la cabeza inclinada a lo alto, observándolos de lejos, sintiéndome diminuta. Verlos viajar en la inmensidad del cielo era todo un espectaculo. Recuerdo que me gustaba más verlos en la noche, con sus luces ayudándome a ubicarlos e imaginandome hacía donde iría, cuanta gente llevaría, porque razones viajarían. Era todo un misterio para mí, cada tanto cerraba mis ojos y me imaginaba adentro transportandome entre las nubes, volando dentro de ellos. Al crecer seguí mirándolos, deseando estar allí viajando a miles de destinos distintos. Cada tanto vuelvo a jugar ese juego que jugaba de más chica. Me vuelvo a perder en la inmensidad del cielo, en lo asombroso de viajar en él, en las razones de viaje de cada una de esas personas. Me olvido de todo lo que pueda llegar a perturbarme. Y una frase no deja de rondar mi cabeza, la razón por la cual todo esto volvió a resurgir. ¿Podemos imaginar que los aviones en la noche son estrellas fugaces? Tal vez es lo que más necesito ahora.

miércoles, 7 de julio de 2010

¿Cónoces ese sentimiento de fuego por tus venas? ¿Ese deseo de desatarte de todo lo que te impide ser libre? ¿Ese que te da ganas de gritarle al mundo lo que pensas, lo qué sentís? ¿El cuál parece que nace de tu corazón pero es como si saliera de todos lados al mismo tiempo? ¿El que te recorre completa? ¿Ese de felicidad, de emoción completa? ¿Ese que aparece en cualquier momento? ¿Ese que es despertado por una canción, frase, una historia, una imagen, una persona? ¿Ese que se destaca de todos? ¿El cual es efímero pero difícil de olvidar? ¿Me vas a decir que nunca lo sentiste? ¿Qué nada te hizo sentir de esa manera? ¿Nunca te llegó algo a ese punto profundo? ¿Nunca te pasó que estabas llorando y algo aparece, y te hace sonreír, te hace sentir que todo va a estar bien? ¿Qué lo que te pasó lo vas a superar? ¿No te sentiste fuerte? ¿Invencible? ¿En equilibrio? ¿Con esperanza? ¿Seguridad? ¿Sin necesidad de nada? ¿Completa? ¿Cómo que lo que antes te entristecía, te molestaba se transforma en nada? ¿Qué todo lo que ocupaba tu mente desaparece? ¿Qué estás bien? ¿Qué te lo mereces? ¿Qué no importa sentir que no llegas más porque sabes que al final lo vas a hacer? ¿Qué si tarda no significa que no aparezca, solo que se hace desear? ¿Qué es solo una piedra más en el camino? ¿Qué vas a estar bien? ¿Nunca te sentiste como un superheróe, capaz de caer y volver a levantarse una y otra vez? .¿Qué todo lo malo te hace fuerte? ¿Que tus errores podes arreglarlos? ¿Qué lo estás haciendo bien? ¿Qué sos importante? Yo sí.

domingo, 4 de julio de 2010

Camino hacia donde se supone que tengo que ir. Tranquila, en paz total. Parece mentira que una semana atrás estaba histérica, a tus pies, totalmente perdida sin vos. Al recordar mi actitud en un pasado cercano pero que comparado con el presente se siente tan lejano, sonrío. Se siente bien darte cuenta que podes superar las cosas, que solo un poco de tiempo serviría para sobrepasarte, olvidarte. Aferro más mi bolso a mi cuerpo meneando mi cabeza sin poder todavía creerlo ¿quién diría que llegaría a este punto? Sigo metida en mis asuntos, en mis pensamientos. Y por culpa de ese estado en el que me encuentro no te veo venir. No diviso tu figura en mi horizonte. No noto que te vas a chocar en mi camino. No puedo preveerlo y esquivarte. Por lo que sigo y tarde reacciono ante tu presencia. Tarde para escapar ante la posibilidad de tener una recaída. Pero estoy convencida de que vas a seguir tu camino, pasar por mi lado sin mirarme facilitándome las cosas. Pero de nuevo me equivoco. Y vos te acercas directo hacia mí, como si yo fuera tu objetivo desde hace mucho tiempo. Y te comportas de la exacta forma que siempre deseé que hicieras pero nunca habías hecho. Usas todas tus armas sabiendo que funcionan perfectamente. Y sin que pueda hacer nada al respecto me arruinas todo, tiras mi plan a la basura y me das vuelta el tablero. Ganas. Te pones vos a la cabeza. Me haces odiarte, insultarte a mis adentros. Pero veo esa estúpida sonrisa y mi odio queda disuelto. Desaparece. Aún así me comporto tranquila, como si tu presencia no tuviera ningún efecto en mí. Finalmente nos despedimos, cada uno sigue su camino. Pero ya nada es igual, no puedo retomar como antes. Porque cambiastes todo de nuevo, me hicistes retroceder al punto inicial. Mi tranquilidad se quedó en aquella esquina antes de nuestro encuentro al igual que mi paz y el haberte superado. Todo el esfuerzo para nada. Como si hubieras percibido que estabas quedando en el olvido volvistes a aparecer. Para recordarme que producís en mí. Para hacerme saber que no sos fácil de olvidar. Y triunfantemente lograstes volver a la carrera. Pero no va a ser como antes, yo no lo voy a permitir. Esta vez es distinto. Las reglas de juego las pongo yo.