jueves, 5 de noviembre de 2009



Ver. Ver la realidad. Ver la verdad. Ver las cosas como son. Ver lo malo y lo bueno. Las virtudes y defectos. Ver para creer. Ver con miedo. Ver simplemente. Nosotros decidimos ver, cuando abrir los ojos y enfrentarnos contra esa realidad que nos asusta y nos lastima. Muchas veces nos cegamos, obviamos, olvidamos convenientemente. Todo para no ver eso que nos producirá dolor. Lo vemos y nos obligamos a hacer como si no hubiera pasado nada o ponemos tontas excusas para su comportamiento. La frase 'Ojos que no ven corazón que no siente' es justa para eso. Si no lo vemos, no nos duele. No queremos ver que no nos quiere, que no hay posibilidades, que ya no hay nada por hacer, que es tarde, que nos mienten, que nos usan y engañan. Entonces creamos esa realidad ficticia donde todo está perfecto y no sufrimos, cuando por dentro nos estamos muriendo porque tarde o temprano la verdad termina saliendo. Porque tarde o temprano la enfrentamos. Y ahí duele. Más que antes. Elijo ver la verdad aunque me duela. Porque con la verdad se sale adelante, para poder seguir tenes que haber visto todo, para poder decidir no tenes que obviar nada. La realidad muchas veces duele, podemos cerrar los ojos e imaginar que no está pero luego cuando los abramos, la verdad va a seguir ahí, como siempre lo estuvo.