
Puedo negarme. Puedo mentir con respecto a mis sentimientos. Puedo decir estoy bien cuando realmente estoy mal. Puedo decir no pasa nada cuando me pasan mil cosas juntas. Puedo ocultar mis lágrimas detrás de sonrisas, puedo ocultar mis ganas de gritar en risas. Puedo ocultar mis ganas de gritar a los cuatro vientos lo que me pasa en solo mirar desde lejos. Puedo ocultar mis frustraciones y miedos detrás de cosas sin sentido alguno. Puedo ocultar mi decepción evocando recuerdos felices. Puedo ocultar mi dolor en mentiras sin sentido alguno. Puedo estar tranquila cuando estoy con un ataque de nervios por lo sucedido. Puedo estar callada cuando quiero exigir respuestas a mis preguntas. Puedo parecer bien cuando me estoy cayendo a pedazos y no veo la hora de descargarme. Puedo sonreír cuando quiero llorar con todas mis fuerzas. Puedo hablar con emoción cuando quiero olvidarme de él con todas mis fuerzas. Puedo escuchar atentamente cuando quiero tratar de sacar de mi cabeza todas mis preocupaciones. Puedo tratar de mentirme a mi misma cuando en realidad sé que por más que empiece a ver sus defectos me va a seguir importando. Puedo hacer como si no me doliera cuando tengo una herida abierta por dentro. Puedo hacer como si no me interesara cuando me muero de ganas por verlo. Puedo disfrazar todas mis debilidades cuando en realidad se van sumando más. Puedo hacerlo. Tanto por mí como por él. Parece un plan perfecto, sin falla alguna. Pero no existe el plan perfecto, y el mío como todos tiene un falla. Mi falla, es que si me miras profundamente a los ojos verás todo lo que yo trato con tanto empeño ocultar.