domingo, 17 de enero de 2010


Charlas con amigas. Esas charlas en las que se habla de todo y de todos. Esos momentos en los que se escuchan todos los puntos de vistas, todas las reflexiones interiores, todos los sucesos importantes relacionados, todos nuestros miedos, todos nuestros deseos, todas nuestras preocupaciones, nuestras distintas realidades, todo lo que nos pasa interiormente, nuestras indecisiones, nuestros cambios, nuestras perspectivas, nuestras metas, lo que pensamos. Cuando surgen consejos espontáneos, en ayuda de la otra, según nuestras distintas vivencias. Cuando todas inevitablemente se llevan algo de esa charla. En esos momentos de gran confianza, de paz, siempre terminas viendo algo que no veías anteriormente, algo que antes pasabas de largo o que veías pero ahora lo ves de forma diferente. Te ayudan a darte fuerza para hacer lo que no podías, te apoyan incondicionalmente. Esos increíbles momentos te recuerdan con gran fuerza lo que es tener amigas, la amistad, lo importante que es tener a alguien a quien acudir y te reafirman que siempre están. Ese apoyo incondicional a través de los tiempos que siempre esta dispuesto a darse.