
Me juego por vos. Hoy te digo sí, sí me importas, sí no puedo sacarte de mi cabeza, sí quiero estar con vos, sí te necesito, sí me tenés a tus pies. Todo esto lo sé desde hace tiempo solo que no lo quería aceptar. Es entendible, me daba miedo aceptarlo. Porque una vez que lo aceptaba significaba aceptar que no hay vuelta atrás, que ya no puedo sacarte una vez que estás adentro, que estoy indefensa con vos, que necesito verte todos los días y saber si te importo, que no me interesa nadie como lo haces vos, que me importas mucho más de lo que creí que lo harías. Ahora lo acepto y no me avergüenzo, no, porque sí me pasa esto, me pasan cosas con vos y no lo puedo evitar. Así que acá me tenés, declarando que te metiste adentro mío sin que yo siquiera lo notara. ¿Qué es lo que hiciste? ¿Cómo lo lograste?¿Qué tienen tus ojos que me hicieron perderme en ellos? No puedo explicar lo que fue mirarte a los ojos, tal vez nada significó para vos al contrario de todo lo que significó para mí, pero eso esta bien...no me importa, porque lo que me hiciste sentir ya sea compartido o no fue indescriptible. Valió la pena, por ese mínimo momento valió la pena. No sé si estaré contigo o no, no sé si aunque sea me registras o no, no sé si lo harás algún día ni si lo estás haciendo ahora. No lo sé. Y eso antes me hacía dudar, me hacía mal, me hacía querer tirar todo por la borda, me hacía querer rendirme con vos, olvidarte. Hoy, ahora digo no. Lo voy a intentar cambiar si está a mi alcanze. No me voy a rendir, porque sea que tenemos que estar juntos o no, sea que sientas algo por mí o no, lo voy a averigüar. No me voy a quedar con la duda, ni con el famoso 'Que pasaría si...' No. Voy a saberlo, voy a jugarmela. Tal vez perderé, pero si lo hago seguiré adelante sin mirar atrás, aprenderé de eso y me daré cuenta de que tan solo no tenía que ser. Pero si gano, si gano sabré que tenía razón, y recordaré este momento en el que decidí seguir y pelear, sabré que no tenía que rendirme. Si no intento no lo sabré. Prefiero vivir intentándolo que nunca hacerlo. Porque creo que lo valés.