BreakfastSalí del trabajo hacia nuestro lugar de encuentro, el mismo de siempre desde ya dos años. Hoy había sido un gran día, en el trabajo me había ido bien y antes me había encontrado con mi amiga
Holly. Ahora iba camino a ver a mi mejor amigo,
Nicholas. Entré a mi auto y
empecé a ir por el camino que ya me sabía de memoria, podría ir con los ojos cerrados si quisiera y no me perdería. Siempre que iba a su encuentro en mi cara aparecía una enorme sonrisa, estaba enamorada de él desde que lo conocí pero nunca le dije nada ni pensaba hacerlo. Últimamente esa sonrisa se
transformaba en una sonrisa de nervios y falsa, el no era el mismo de antes, me trataba distinto y me dolía que lo haga bastante tenía que soportar ser su mejor amiga y verlo salir con miles de chicas distintas y ahora a eso sumarle que me trate mal. Estacioné el auto enfrente del
restaurante, y bajé. Entré y me preguntaron si tenía reservación entonces dije el nombre de él, por lo que la mujer me dejo pasar y me
condujo a una mesa en la que ya se encontraba él. Me recibió con un cálido abrazo, de esos que solo el podía darme pero que me confundía al
dármelos pero tratarme de una manera tan distinta. Me separé y nos sentamos.
- ¿Como te fue hoy
Liz? - preguntó él.
- Muy bien por suerte ¿a
ti? - pregunté
- Bien como siempre- dijo
poniéndose serio como hacía últimamente. Ya lo podía notar por sus ojos que me miraban de manera dura.
-
Ah..- le dije, ¿Qué más podía hacer? Separada de él no podía estar pero estar con él me dolía al darme cuenta como me trata.
Comimos en silencio, ese silencio incómodo que me hacía preguntarme que había pasado. Pagó la cuenta y nos levantamos. Salimos a caminar por las calles, y el agarró mi mano otros de sus gestos que no entiendo. Ninguno hablaba así que decidí romper el silencio.
-
Nicholas - lo llamé. El me miró
demostrándome que tenía su plena atención. - ¿Te sucede algo? Últimamente estás distinto, cambiado ¿Qué pasa? - le pregunté dejando mostrar mi dolor en esas acciones. Sus ojos demostraron dolor pero enseguida volvieron a tornarse serios como desde hacía últimamente.
- Nada
Liz - dijo serio, yo sonreí cuando en realidad quería llorar. No entendía que había hecho yo o que le sucedía.
Así que seguimos caminando en silencio hasta que los dos
estábamos cansados. Le pedí que me acompañara a mi casa y el aceptó a
regañadientes. Subí al auto y él al suyo. En el trayecto me
empecé a preguntar porque pongo una sonrisa en mi cara cuando en realidad me duele, porque digo que todo está bien cuando no es así, él no puede tratarme así y yo se lo tengo que hacer notar si él no lo ve. Buscaba las palabras correctas para hablarle cuando lleguemos a mi casa, cuando llegamos. Estacioné mi auto y él hizo lo mismo atrás mío. Bajamos los dos y abrí la puerta para invitarlo a pasar lo cual él aceptó sin decir una palabra. Entramos y nos sentamos en los sillones de mi
living. De nuevo silencio, por lo que decidí terminar de una vez por todas con esta agonía.
-
Nick, tenemos que hablar. - dije seria. Él me miró sorprendido como si no notara cual sería el tema. - Tenemos que ser sinceros así que...¿Qué te sucede? - pregunté mirándolo con
desesperasión en mis ojos.
- Nada
Liz, ya te lo dije ¿Qué habría de pasarme? - me dijo serio. Pero esta vez no iba a fingir una sonrisa ni decir "
Ah, bueno todo esta bien". No, no todo estaba bien y esta vez lo
íbamos a hablar.
- ¡Basta
Nicholas! - le dije enojada, enojada porque me dolía su actitud. - Por Dios,
decime la verdad no soporto más esta situación, ¿Qué te sucede? ¿QUÉ? - le espeté
gritando.
Me miró sorprendido por mi reacción pero enseguida bajó la mirada hacia sus pies y no dijo nada. No entendía, no entendía.
-
Respondeme Nick, ¿Qué hice? ¿Qué te hice? - le pregunté con la voz a punto de quebrarse. No tenía fuerzas para pelear más y él no respondía ni me miraba. -
Nicholas, ¿Qué hice? ¡¿No te das cuenta como me tratas?! Es que - no me dejó terminar se paró furioso, fuera de sí.
- ¡¿TE CREES QUE NO ME DOY CUENTA?! - me gritó frustrado - ¿Te crees que no veo como te estoy tratando? Pues sí lo veo, sí me doy cuenta y sí me odio por eso. Me odio por tratarte así, por lastimarte de esta forma todo porque no puedo expresarme. ¡Todo por mi culpa! - dijo enojado consigo mismo, pero sus palabras no tenían sentido para mí.
- Pero
Nick,
expresate, yo te escucho ¿Por qué no lo haces? - le pregunté confundida.
- Porque no puedo, no puedo expresarme,
entendelo. Es preferible que calle. - dijo la última parte más para si mismo. Era todo un enigma en el cuál no tenía pista siquiera para tratar de averiguarlo.
-
Nick, te necesito, necesito al de antes, a mi mejor amigo - le dije con lágrimas en los ojos, pero algo de mi frase, no se que, lo molestó.
- No puedo ser tu mejor amigo, no me
entiendes y yo así no puedo seguir
Liz, no puedo... me frustra. - dijo con tristeza en sus ojos.
- Pero ¿Qué
quieres decir? - le dije con miedo, miedo de su respuesta. Él empezó a caminar a la puerta y no daba la vuelta. - ¡
NICHOLAS! ¿Qué
quieres decir?
Explícame. Nuestra amistad no se va a acabar ¿no?, ¿Somos amigos?
Nicholas contestame ¿Sos mi amigo? - al decir esto último él se giro contrariado.
- No quiero ser tu amigo, no quiero ser el chico que esta al lado tuyo
dándote consejos para salir con los demás chicos, no quiero ser tu mejor amigo, no quiero nada de eso, ¿Sabes por qué? Porque maldita sea, me he ENAMORADO DE TI. Si me enamoré de mi mejor amiga, que estúpido ¿no? Te trataba mal simplemente porque quería mantener distancia, porque sabía que si te explicaba lo que sentía nuestra amistad se terminaría y aunque no soporto ser tu amigo menos soportaría no tenerte de ninguna forma...No se como no me pude dar cuenta antes, igual ya esta ahora ya me abrí, te dije todo lo que siento y sabe que no hace falta que me digas nada
Liz ya se que no es recíproco el sentimiento.- dijo bajando apenado la mirada.
Yo estaba dura sin decir nada, sin moverme siquiera, sin entender que el hombre del que estoy enamorada, mi mejor amigo, finalmente estaba haciendo lo que
soné durante años enteros, me estaba diciendo que estaba enamorado de mí, que no quería ser mi amigo y yo no podía pedir nada más. Perdida en mis
pensamientos no me di cuenta cuando él se fue sin decir
absolutamente una palabra. Desesperada abrí la puerta, buscando a su auto,
buscándolo a él pero no había rastro alguno.
Maldiciendome por lo bajo entré a mi casa y subí a mi cuarto. Parecía un zombie, mi cuerpo caminaba por inercia y no porque yo lo mandaba, así seguí hasta terminar acostada en mi cama. Una vez allí me puse a pensar en todo lo sucedido, en cada una de sus palabras, en cada sentimiento escondido en ellas y los que estaban a simple vista, en todo lo que esto significaba y como cambiarían las cosas a partir de ahora, pero más que nada en como mañana a la mañana iría a su apartamento y le diría que estaba enamorada de él. Así caí en los brazos de Morfeo, con una sonrisa en mi cara. A la mañana siguiente me desperté y me cambié rápido, sabiendo los horarios de
Nick él no saldría de su casa hasta dentro de dos horas, lo que me daba tiempo suficiente para comprar el desayuno y compartirlo con él. Salí de mi casa, subí al auto y maneje directo hasta la cafetería donde compré dos
frappe de
mocca para él y yo. Mientras iba hacia su casa los nervios se hicieron presente, por más que sabía que el sentimiento era recíproco era inevitable no ponerme nerviosa. Estacioné el auto en su puerta y bajé de él, mi corazón
latiendome con fuerza y una tonta sonrisa en mi cara. Toqué su puerta y a los segundos apareció un
Nicholas con cara apenada, en cuanto me
vio sus ojos se abrieron
sorprendidos. Yo solo sonreí y decidí empezar a hablar.
-
Nicholas ayer no me dejaste responderte...- dije nerviosa. - Yo...- respire hondo para calmarme y seguí - Yo estoy enamorada de ti también. Siempre lo estuve, desde el momento en que te conocí, pero nunca me
anime a
decírtelo. Ayer cuando vos me dijiste que sentías lo mismo no podía creerlo, siempre pensé que no sentías lo mismo, tenía miedo y vos me decís que estás enamorado de mí, lo que siempre soñé escuchar. Entonces me quede sin palabras, muda y vos
interpretaste mi silencio como que yo no sentía lo mismo, cosa que no es así. Así que
acá estoy, ¿Aceptarías desayunar con la chica que está enamorada de vos desde que te conoció y que tampoco puede soportar ser tu amiga? - le pregunté con una tímida sonrisa en mi cara.
En su cara ya había una gran sonrisa, era mucho más hermoso cuando sonreía. Me abrió sus brazos por lo cual yo avancé hacia él y lo
abracé fuerte, feliz.
- Claro que te acepto - susurró en mi oído. Me separó y me miro a los ojos
profundamente demostrándome todo el amor que me tiene con esa mirada. Se fue acercando a mí y yo
instintivamente cerré mis ojos. Sentí sus labios chocar con los míos, en un beso lleno de amor y cariño entre los dos. Ese momento que tantas veces
soné por fin era realidad, él me besaba y no quería que se separara jamás. Él profundizó el beso y yo gustosa acepté sabiendo que
estábamos juntos, que no era más mi amigo y que me amaba igual que yo a él. Nos separamos
sonriendonos, él tomó de mi mano y me condujo a través de su apartamento hasta la cocina. Se acercó a mí y me
dio un beso corto.
- Te amo
Liz - Todavía
rozandome los labios me susurró.
- Y yo a ti
Nick - le susurré también, y me acerqué para fundirnos en otro hermoso beso.
Íbamos a desayunar, algo común entre nosotros. Pero esta vez iba a ser la más recordada de todas ya que era la primera vez que
desayunabamos sabiendo los
sentimientos de cada uno.
FIN